#LaDiferenciaPelayo: España cede ante Inglaterra y la imaginación del árbitro

Por Juanma Trueba (@juanmatrueba)

Inglaterra tuvo una presentación imponente: gol al minuto y otro más anulado (injustamente) a los cinco. Sus jugadoras habían saltado al campo con capa y botas altas. Su presión nos ahogaba y su defensa daba la impresión de estar alicatada hasta el techo. En esas condiciones, sólo quedaba tocar madera y firmar el empate. Por fortuna, exploramos otra vía: mover el balón. Inglaterra no resultaba tan peligrosa cuando corría detrás de la pelota. Fue Luis Aragonés quien dijo que la Selección debía decidir si quería ser toro o torero, y el equipo femenino también lo tiene claro. Su éxito pasa por el capote, por burlar la fortaleza física de sus rivales.

El problema es que las inglesas, en cada línea, parecían unidas por la barra de un futbolín. Apenas dejaban resquicios. Por si las dificultades fueran pocas, comenzó a diluviar en Breda. Había que inventar algo. Corredera probó a desbordar por banda y hubiera sido una buena idea de no emparejarse con Stokes, una centella. Irene Paredes, sobrina-nieta de Beckenbauer, quiso lanzarnos en largo, pero tampoco funcionó. Lo siguiente fue recurrir a Jenni Hermoso y Amanda Sampedro. Un regate, un caño, un truco. Necesitábamos algo que desordenara los apuntes de las inglesas.

La árbitra italiana Carina Vitulano nos sirvió una esperanza, aunque la retiró al minuto. Después de señalar penalti por mano (casi palmeo), rectificó con la excusa de que el balón había golpeado antes en la pierna de la defensora inglesa. Se trata de una interesante enmienda al reglamento (culpable o manazas) que debería ser aprobada por la FIFA antes de aplicarla por iniciativa propia en un campeonato de Europa.

Nos quedamos de piedra y nos remataron al rato. Nos mediremos contra Escocia con tres puntos, la clasificación en el aire y una lección aprendida: no podemos permitirnos ni un despiste ni una árbitro innovadora.

Foto @UEFAcom_es

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