#LaDiferenciaPelayo: Otro paso hacia delante

Por Irene García (@IreneGarciaO)

España se marcha de Alicante con una derrota por la mínima ante Estados Unidos.

Todo lo que fuese quedarnos con buen sabor de boca después de enfrentarnos a las vigentes campeonas del mundo era algo positivo. Nuestra realidad no es esta, pero en un futuro no muy lejano pretendemos que lo sea. España jugaba por primera vez contra Estados Unidos en Alicante, con mucho frío y con poco miedo. Para el Mundial todavía quedan unos meses, y la maduración del equipo de Jorge Vilda va viento en popa. La clave era no perder la paciencia y España le tomó medidas a Estados Unidos en los primeros minutos sin apenas complejos y con un buen disparo de Marta Torrejón que se marchaba fuera, pero nos sacudía los nervios. Las norteamericanas presionaban tras pérdida en diez metros con tres puñales arriba como son Rapinoe, Morgan y Tobin Heath, pero la experiencia imperturbable de Irene Paredes mantuvo a raya a Estados Unidos durante más tiempo de lo esperado.

Ante la incapacidad de España de poder filtrar pases a sus delanteras, los disparos desde fuera del área cobraron importancia. Es un recurso que España debe usar más y mejor, porque habrá que barajar muchas posibilidades cuando los partidos se compliquen y los rivales se nos encierren. Fue una primera parte noble, con una defensa muy seria, un buen espectáculo donde España no perdió el control y le miró de tú a tú a toda una campeona del mundo.



De Estados Unidos vimos a un equipo mucho mejor plantado que contra Francia, sin embargo, aún les queda mucho camino que recorrer para encontrar el ritmo que hace tan peligrosas a las de Ellis. En los primeros minutos de la segunda parte, la culpa de la incomodidad de las norteamericanas siguió siendo de España. Estados Unidos tuvo que recurrir a cambios posiciones para tratar de hacer daño a una férrea defensa que no se tomó el amistoso a broma. El primer gol del encuentro cayó del lado estadounidense gracias a una carrera fulgurante de Press que salió con la chispa suficiente como para abrir una brecha en la defensa que tan buenos resultados nos estaba dando. A partir de ese momento, España no encontró el camino hacia la portería de Estados Unidos, las nuestras se dedicaron a defenderse de las embestidas y a terminar el partido con el menor número de heridas posibles.

De este partido debemos quedarnos con la sensación de lo que pudo ser y no fue, porque España aún no ha crecido tanto. Pero hay tiempo para ilusionarse con algo más que con dar la cara. Las derrotas, a veces, son más esclarecedoras que las propias victorias.

Foto cabecera Twitter @ussoccer_wnt

#LaDiferenciaPelayo: Con la cabeza bien alta

Por Irene Garcia (@IreneGarciaO)

España cuaja un partido muy serio ante Alemania y consigue llevarse un empate (0-0) que deja grandes sensaciones para terminar el año.

A veces las apariencias engañan, los guiones tienen renglones torcidos, las predicciones fallan sobre el papel. A veces, simplemente, la vida nos sorprende. Ocurrió en el Steigerwaldstadion que, gracias a cuestiones del corazón que la razón no entiende, España fue superior a Alemania, aunque el resultado final nos lleve la contraria. Me explico. No es fácil aterrizar en frente del segundo mejor equipo del planeta (según el ranking FIFA) y caer de pie. Tampoco es sencillo irse a dormir plácidamente habiendo conseguido la clasificación para el próximo Mundial de manera impecable —e incluso facilona—, y de repente, tener pesadillas con la bestia germana por pretender que, de buenas a primeras, podamos plantarles cara. Hemos recorrido la mitad del camino, pero a partir de ahora, el desnivel irá creciendo y tendremos que ajustarnos las espinilleras si no queremos quedarnos en el intento. Creo que ya dejamos atrás el querer y no poder ser.

La misión de Alemania era clara: neutralizar a Silvia Meseguer, imposibilitar la circulación interior de España. Lo consiguió rápido, por mucho que Vicky Losada se empeñase en buscar una solución. A España le costaba generar movimientos entre líneas, pero gracias a la movilidad de Amanda, Mariona, Alexia y Patri Guijarro, la circulación empezó a ser más fluida justo antes de estrellarnos contra el muro defensivo alemán. Ante la ausencia de Jenni Hermoso, España encontró en Mariona el recurso de la solidaridad con las centrocampistas. Los ataques de la Selección se filtraban como el agua entre las rocas, poco a poco y sin demasiada contundencia, pero el goteo empezó a dar sus frutos y España comenzó a quitarse de encima la camisa de fuerza y los complejos. Amanda Sampedro pudo ejemplificar esa actitud en dos ocasiones de gol muy claras, pero ni la suerte ni la precisión estuvieron de su lado. La realidad es que en la primera parte, Alemania no pudo mirarnos por encima del hombro.

Cuando España bajó la intensidad, Däbritz-Magull pudieron entrar en juego, hecho que inclinó el partido en la segunda parte a favor de Alemania. Además, las germanas cuentan con un potencial envidiable a balón parado. España se defendió como un gato panza arriba y sobrevivió. Alemania fue creciendo según pasaba los minutos y los ataques de España empezaron a ser más accidentales que habituales. A pesar de esa situación, el equipo dirigido por Jorge Vilda mantuvo la seriedad suficiente como para contener el huracán y darle algún susto al segundo mejor equipo del planeta. El partido empezó a jugarse en las dos áreas, aumentó la velocidad, la verticalidad, pero también el riesgo. Sin ataduras, ambos equipos sucumbieron al sálvese quien pueda. Alemania terminó el partido desesperada, y España satisfecha. Ahora me entienden cuando les decía que, en ocasiones, los pronósticos no sirven para nada.

Visto lo visto, podemos ponerle el punto y final al año con hilo de oro. Si nos podemos a pensar en todo lo que nos queda por delante, podemos ilusionarnos o echarnos a temblar. Yo siempre he sido más de mantener las apariencias y sonreír. El futuro nos dirá el lugar que debemos ocupar.

Foto cabecera @SeFutbolFem

#LaDiferenciaPelayo: Una victoria para Mariona

Por Irene García (@IreneGarciaO)

España vence a Polonia (3-1) en Butarque y alarga su idilio con la victoria. El próximo partido, ante Alemania.

No quiero empezar este texto sin guardar un minuto de silencio.

Jorge Vilda introdujo un once con varias novedades, para eso están estas fechas de transición y estos partidos. Las oportunidades deben darse, porque la confianza se premiará a largo plazo. Todavía quedan muchos meses para el Mundial y quién sabe qué nos deparará el futuro. La temperatura no invitaba a la algarabía, pero España ya ha toreado en peores plazas. En el horizonte asoma Alemania, toda una prueba de fuego para empezar a saber cuánto medimos y cuánto debemos crecer de aquí a junio para superar nuestras propias expectativas. El equipo español debe mirarse su ombligo, pero también debe intentar organizar más partidos amistosos de nivel contra rivales de los que podamos aprender. El Mundial no tendrá nada que ver con el camino de rosas que supuso la clasificación y siempre ha sido mejor prevenir que curar. De momento, esperamos el sorteo con los dedos cruzados, pero con la moral muy reforzada.

La buena noticia del partido, si pasamos por alto la pasajera satisfacción de la victoria, tiene nombre y apellido: Andrea Falcón. La canaria es un soplo de aire fresco por la banda izquierda. Un puñal que abre heridas, un martillo que percute y un muro que no deja pasar una. Además, tiene gol (1-0). A este nivel, la competencia está servida, y el dolor de cabeza para Jorge Vilda asegurado —aunque muchos entrenadores pagarían por tener tantas y tan buenas opciones—. Nos costó más de lo habitual jugar entre líneas y encontrar el último pase. Virginia Torrecilla manejaba los tiempos y el equilibrio del centro del campo, pero esta vez, España optó por balancear el campo de una banda a la otra, en lugar de buscar los espacios por el centro. Hay que poner en práctica todas las opciones posibles, hay que echarle imaginación al asunto para cuando nuestra filosofía no sea suficiente. Por probar, que no quede, no nos arrepintamos en junio de no haber aprovechado mejor el margen de mejora. Hay que maquillar —o mejor erradicar—, ciertos despistes que llevamos cosidos a los talones. Así llegó el gol del empate de Polonia (1-1), así han llegado otros y así llegarán algunos que dolerán mucho más. La excelencia se alcanza siendo casi infalible durante los noventa minutos. Y es difícil, pero no imposible.



En la segunda parte se movió el banquillo y el juego de España. El equipo se refrescó con la lluvia y con la entrada, sobre todo, de Marta Corredera, de Alexia y de Amanda Sampedro. La Selección empezó a tocar más y más rápido. Con la calidad técnica que puebla el equipo, es complicado renunciar a la maduración de la jugada, casi, hasta la extenuación. España es una experta en el cocinado a fuego lento. Casi nunca tiene prisa y casi siempre encuentra el camino, aunque es cierto que habría que tener algún as en la manga para cuando los partidos exijan un poco de caos. Por ejemplo, hay que tirar más desde fuera del área. Probó suerte Alexia Putellas, y a los valientes siempre les sonríe la fortuna (2-1). Cuando el partido se acercaba al ocaso, Marta Carro maquilló el marcador (3-1) como si se hubiese dedicado a ser delantera centro toda la vida. Otra de las cartas que está dando grandísimos resultados a Jorge Vilda.

La sorpresa es que podemos presumir de un fondo de armario amplio y polivalente. Lo importante era mantener la senda de las buenas sensaciones, y la hemos mantenido. Lo esencial era sostener una imagen positiva que ya dura todo un año, y la misión está cumplida. Lo imprescindible era subir los brazos al cielo y dedicarle una victoria a Mariona y a su padre. Podemos ir en paz.

Foto cabecera de RFEF

#LaDiferenciaPelayo: Un pleno para ilusionarnos

Por @IreneGarciaO

España vence a Serbia por 3-0 y termina la Fase de Clasificación para el Mundial de Francia con pleno de victorias 8/8.

De cara desde el minuto uno gracias a un penalti cometido sobre Vicky Losada que convirtió Jenni Hermoso, España solo tuvo que subirse a la barca y dejarse llevar por la corriente para llevarse los tres puntos. Serbia recibió el primer bofetón sin comerlo ni beberlo, pero su comienzo de partido, frío como el hielo, era una pista de que el encuentro podría ser incluso más placentero para la Selección que lo que indicaba el papel. Jorge Vilda ya había avisado de que el objetivo era la excelencia, una meta ambiciosa y un mensaje que debe calar de aquí a que comience un Mundial de Francia al que le tenemos muchas ganas. La fase de clasificación invita a ir con la cabeza alta y las ilusiones intactas.

El primer tiempo transcurrió con un ritmo intermitente. El gol tempranero nos produjo sopor, y el calor que producían las gradas de Las Gaunas no se correspondía con la baja temperatura del juego de ambos equipos. Salvo ciertos arranques de Amanda, a España le pesaron las piernas como para ponerse a hacer malabares. Si Patri Guijarro es la perfecta acompañante para Virginia Torrecilla en el medio, a Aitana Bonmatí aún le faltan algunos partidos de cocción para discutirle el papel a su compañera en el Barcelona. La calidad de Aitana es infinita, pero la paciencia también es importante para facilitar su aclimatación y su crecimiento. Superada la media hora de la primera mitad, Amanda Sampedro remataba con una gran volea un buen centro de Mapi León, y Serbia cambiaba la cara de sorpresa por la cara de circunstancias.


En el arranque de la segunda mitad, comenzó a llover a mares, un desafío del clima para que España se soltase la melena y disfrutase del chaparrón con un poco más de descaro. Con la clasificación en la mano, el marcador a favor y un rival que apenas hizo acto de presencia, lo que le pedíamos a la Selección solo se justificaba con la perfección que empezamos a exigirle. Jorge Vilda dio entrada a Patri Guijarro en el segundo tiempo, y el gesto de España fue más agradable. La jugadora mallorquina está pasando por un momento dulce contagioso. Todo lo que toca provoca algo bueno y a nosotros solo nos queda rezar para que ese estado de ánimo le dure hasta el Mundial de Francia.

El partido estaba tan cocinado, que España tuvo que esforzarse para alargar la aparición de bostezos en la grada. El doblete de Jenni contribuyó a la causa. Con Patri a la cabeza hubo ciertos destellos para provocar unos cuantos aplausos, los suficientes para cumplir con el trámite, agarrar bien fuerte el billete que nos llevará a Francia y creer que se puede. Recordaremos este verano con una sonrisa, pero ojalá podamos recordar el que viene como el mejor de nuestras vidas.


Foto cabecera Federación Riojana de Fútbol

#LaDiferenciaPelayo: España gana por inercia

Por @IreneGarciaRM

Exhibición goleadora de la Selección en Santander (5-1) ante Finlandia para mantenerse invicta en su grupo. Marcaron Marta Corredera (2), Jenni Hermoso, Mapi León y Nahikari García.

España ha perdido el miedo y el respeto a crecer. Se nota en su forma de comportarse, en su manera de moverse y en una actitud que se apuntala día a día de cara a llegar con una mentalidad de hierro al próximo Mundial de Francia. Finlandia se jugaba la vida y España tiró las bombonas de oxígeno a las aguas del Cantábrico. Las finlandesas, a estas horas, todavía andan buscando el tesoro. Jorge Vilda apostó por la pareja de moda en esta fase de clasificación, Virginia Torrecilla y Patri Guijarro, pero además, redobló la apuesta con una escudera con dotes suficientes para ordenar a las malabaristas porque se mimetiza con ellas a menudo, esa es Vicky Losada. El control del balón es una ley que la Selección aplica sin negociaciones, la idea es perfeccionar la filosofía y si algo hemos podido comprobar con los recientes éxitos de las categorías inferiores es que quizá hayamos elegido el camino correcto.

España encontró petróleo después de buscarlo durante veinte minutos con un buen gol de Marta Corredera, pero el tanto hizo que el equipo se relajase. Es cierto que con la clasificación en la mano, buscar la excelencia puede no ser un estímulo suficiente, pero sí lo es no cometer errores como los que propiciaron el empate de Finlandia. En el Mundial, ese tipo de fallos nos mandarán a casa de la manera más dolorosa. Reaccionó la Selección con un cabezazo de Jenni Hermoso que se coló en la portería de Finlandia tras un gran centro de Amanda Sampedro. La movilidad de Jenni es un regalo de los dioses. Los espacios y las posibilidades que le da al equipo son una bocanada de aire fresco cuando la habitación se llena de humo. Su protagonismo este año en el Atlético de Madrid será una grandísima noticia para todos. Ya lo verán. El tercer gol de Marta Corredera nos pilló casi yendo a por provisiones, un gol psicológico, una sentencia de muerte para Finlandia.


El equipo está bien armado. Se tocarán un par de cosas y se hará algún que otro ajuste de aquí a junio del año que viene, pero Jorge Vilda tiene claro el puzzle en su cabeza. Patri Guijarro es una de las piezas imprescindibles y lo es por méritos propios. Cuando la jugadora del Barcelona se enfunda la camiseta roja, la materia se transforma, se suelta la melena y puede ocurrir cualquier cosa siempre positiva para España. Su edad es un insulto.

La Selección convirtió el partido en un monólogo deslumbrante para la audiencia e incómodo y demasiado largo para Finlandia. Empiezo a sentir que a España se le queda corta cierta clase de rivales y que necesita probarse contra Los Vengadores para poder dar un paso adelante en su misión de ir saltando de tejado en tejado. La cosa se pondrá seria y el traje de superheroínas nos puede quedar bien. De momento, volamos con la misma energía que el balón que salió de los pies de Mapi León.

Foto cabecera Federación Cántabra de Fútbol

#LaDiferenciaPelayo: A España se le escapa una sonrisa

Por Irene García (@IreneGarciaO)

España vence a Israel (2-0) en La Condomina y roza el Mundial de Francia con los dedos.

No nos vamos a engañar, con la clasificación encarrilada y pleno de victorias, el clima invitaba al optimismo. De ilusión también se vive y este equipo sabe que, normalmente, se recoge aquello que se siembra. El trabajo bien pagado no suele ser habitual en estos días, pero La Roja está recibiendo su premio al empeño y a la confianza en un bloque al que Jorge Vilda no es capaz de renunciar. Y quizá, querer morir con las botas puestas nos de vida. Las noticias siguen siendo buenas a falta de que Austria nos de un motivo para abrir el champagne antes de tiempo. Habrá que esperar un poco más.

De momento, España sigue jugando a lo que sabe y ganando como casi siempre últimamente. La columna vertebral de la Selección pasa, primero, por la orden marcada por una defensa que, en ausencia de Irene Paredes, baila al ritmo de cualquier sustituta, que rinde con galones. A partir de aquí, lo que digan Patri Guijarro y Virginia Torrecilla. El dúo dinámico de Mallorca construye con armonía y destruye con tesón, y lo peor, es que parece sumamente sencillo. El primer tiempo fue un auténtico monólogo para España. Un carrusel de ocasiones ante el que Israel tan solo podía cerrar los ojos y esperar que no entrasen. Rezar tuvo su recompensa, aquella que se le negó a La Roja durante cuarenta y cinco minutos en los que se aburrió de intentarlo y se golpeó la cabeza una y otra vez contra el muro de las lamentaciones israelíes.


En el segundo tiempo, España redobló la apuesta manteniendo la compostura y ni perdiendo la paciencia, el gol caería por su propio peso. Mientras España dormía a Israel en sus brazos, Mari Paz Vilas, con un gran cabezazo y Alexia Putellas de penalti maquillaron la crónica de una muerte anunciada para Israel. A falta de 365 días para la cita en Francia, España llama a las puertas del Mundial con muchísimas esperanzas y todavía sin nada que perder.

Foto cabecera de Raúl Pelegrín Rodríguez

#LaDiferenciaPelayo: España también gana por oficio

Por Irene García (@IreneGarciaO)

Trabajada victoria de España ante Austria en Viena (0-1) que, prácticamente, nos asegura el billete para el Mundial de Francia 2019.

Es cierto que los antecedentes invitaban al optimismo. Quizá España salió al campo pensando demasiado en el pasado, en lugar de centrarse en el presente y Austria, agradeció el gesto y se creció. Durante la primera parte, España echó de menos todas esas cosas buenas que han sido costumbre durante los últimos tiempos, dejó el balón a su suerte y entró al trapo de una selección austríaca mucho más cómoda en la confrontación física que en la creación. España llegó poco, apenas nada, y la batalla en el centro del campo se mantuvo en un equilibrio perfecto entre la voluntad de Virginia Torrecilla por poner orden, y la apuesta por el cuerpo a cuerpo de las austríacas.



Hizo falta soltarse la melena y entender que este equipo funciona mucho mejor cuando se acuerda de lo bien que puede jugar. Los adornos estaban fuera de lugar, había que tirar de pico y pala para romper el muro austríaco y en esas, apareció un pase teledirigido de Mapi León para cruzar la frontera de Austria y caer a los pies de Jenni Hermoso. La delantera no es conocida por perdonarle la vida a ninguna arquero y España se adelantaba con lo justo (0-1). El final del partido terminó con el campo vencido hacia el área de Austria, cosa que nos gusta mucho más. Asoma otro Mundial y podemos decir que también sabemos sufrir. Será necesario de cara al futuro.

Foto cabecera I @SeFutbol

#LaDiferenciaPelayo: España derrite el hielo en Helsinki

Por Irene Garcia (@IreneGarciaO)

España vence a Finlandia en Helsinki (0-2) y pone pie y medio en el Mundial de Francia de 2019.

Para combatir el frío se puede correr. Aunque en este caso, fuese Finlandia la que persiguiese la pelota cual ratón detrás de un trozo de queso que huele, pero asume que está fuera de su alcance. España echaba vapor por la boca, y ambición por las orejas, y poco tardó el equipo dirigido por Jorge Vilda en quitarse el anorak y afrontar las temperaturas con decisión. La primera que suele por costumbre dar ese paso adelante es Irene Paredes. La central española es un insulto a la mediocridad. Hay algo en ella que me inquieta a la par que me fascina y es, que dentro de su cabeza, no sé si hace más frío que en la propia capital finlandesa. Fue ella quien, de nuevo, con un cabezazo inapelable, hizo entrar en calor a España. La vida sigue igual.

Jorge Vilda ha encontrado además en Virginia Torrecilla y en Patri Guijarro un muro infranqueable hasta para los caminantes blancos. Las dos mallorquinas, que llevan el clima templado en las venas, manejan los tiempos del partido como un diapasón, y para mí, empiezan a convertirse en la mejor pareja de baile que podemos ver en la medular.



España ha conseguido tener un libro de estilo. Y no me refiero a la obligación de jugar de esta o aquella manera, sino a tener recursos en diferentes circunstancias. Ante Finlandia hizo falta lo justo, pero La Roja no fue rácana en fútbol. Sí, muy práctica. Con el golazo de Olga García nada más arrancar la segunda parte, tocó guardar gasolina, sudar menos y soplarse algo más las manos para calentarse.

Es cierto que todavía hacen faltas pruebas de fuego para desarrollar las piernas y la cabeza a la altura de las grandes favoritas de cara al Mundial, pero lo más importante es que la Selección ya es una realidad. Muchos dicen que el frío es algo mental. Pues bien, de mentalidad este equipo va sobrado. Con pie y medio en Francia 2019, España no parece inmutarse de cara al lugar que ocupa, pero va dando pasitos de gigante. Si seguimos por este camino, la Selección tendrá posibilidades de salir victoriosa en su pelea frente a los molinos de viento. Esos que se nos cruzarán en el camino cuando llegue la hora de pelear por algo mucho más grande. De momento, el frío no nos echa para atrás, es más, nos sienta muy bien.